Antiguos estudiantes españoles comparten su experiencia en China
Para los españoles, China es todavía una gran desconocida cuya imagen suele responder, en el mejor de los casos, a estereotipos alejados de la realidad. Consciente del potencial del poder blando para crear una “imagen país” positiva y construir nuevas sinergias, el gobierno chino lleva décadas estimulando la recepción de estudiantes extranjeros en universidades chinas a través de un competente programa de becas de estudio. A través de dichos programas se ofrece a estudiantes de todo el planeta la posibilidad de tomar contacto de primera mano con el país, ayudando así a desterrar una imagen mitificada y, en muchos casos, negativa.
Antiguos estudiantes españoles (Xinhua/Belén García-Noblejas)
Con el objetivo de seguir dando a conocer el amplio abanico de ayudas económicas ofrecidas a estudiantes extranjeros para acceder a universidades chinas, se celebró el miércoles 22 de noviembre a partir de las 17 h. un ciclo de conferencias en el emblemático Instituto San Isidro de Madrid. Organizado por la Oficina de Asuntos Educativos de la Embajada de China en España, en colaboración con el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE), este evento proporcionó una plataforma de contacto entre antiguos alumnos españoles en China y jóvenes curiosos atraídos por las oportunidades que el gigante asiático les pueda ofrecer a medio y largo plazo.
Antiguos estudiantes españoles presentaron espectáculos (Xinhua/Belén García-Noblejas)
Las intervenciones de antiguos alumnos fueron lideradas por Pablo Rovetta quien, comenzando sus estudios en la actual Universidad de Lenguas Extranjeras de Beijing en 1975, representa a la primera generación de estudiantes españoles en China. A continuación se sucedieron las ponencias de otros siete estudiantes españoles entre los 20 y los 40 años de edad, cuyos relatos dejaron en evidencia cómo su experiencia marcó un antes y un después en su desarrollo profesional pero, especialmente, personal. Traductores, filósofos, profesores de universidad y empresarios describieron el aprendizaje de la lengua china como una dura carrera de fondo que requiere perseverancia, pero cuyos frutos superan con creces el sinsabor de las dificultades.
Una antigua estudiante española compartiendo su experiencia (Xinhua/Belén García-Noblejas)
La educación no es sólo motor de colaboración internacional entre China y otros actores mundiales, sino también una de las prioridades de su política doméstica, según afirma la Consejera de Educación de la Embajada China en España, la Sra. Zhong Xiwei. Las reformas educativas del gobierno chino aspiran a alcanzar el conocido “sueño chino” a través de una oferta universitaria que permita impulsar el potencial de sus profesionales del futuro. Tanto es así que hoy en día, cinco universidades chinas se incluyen ya entre las cien mejores del ranking mundial, encabezadas por la Universidad Tsinghua en el puesto número 45 y seguida muy de cerca por la Universidad de Pekín en el puesto 47.
Tomando a la juventud y la educación como eje principal, iniciativas como esta contribuyen a un conocimiento más profundo de China y a la construcción de una imagen positiva del país; y es que, como recita un antiguo proverbio chino, “es mejor ver una vez con los ojos que escuchar cien veces con los oídos”.