OPINIÓN DE INVITADO: La iniciativa de la Franja y la Ruta supera los modelos tradicionales Norte-Sur y Sur-Sur
BEIJING, 13 oct (Xinhua) -- Entre el 7 de septiembre y el 3 de octubre de 2013, el presidente chino, Xi Jinping, dio a conocer en dos discursos, uno en Kazajistán y otro en Indonesia, una idea que se conoce como la Iniciativa de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI.
Diez años después de su propuesta y ejecución, podemos decir que se trata de la más inclusiva, democrática y participativa forma de cooperacion impulsada por país alguno en la historia de la humanidad.
No se trata de cooperación Norte-Sur, donde los llamados países desarrollados colaboran de manera vertical, imponiendo sus reglas a los países del conocido como sur económico global.
Y tampoco es exclusivamente un modelo de cooperacion Sur-Sur, bajo el cual los países del sur se limitan a colaborar complementando sus propias capacidades con las del resto, sin someterse al dictado de otras naciones con aspiraciones hegemónicas.
La iniciativa de la Franja y la Ruta es, sobre todo, un espacio abierto a todos los países simultáneamente, con independencia de su tamaño o riqueza. No procura el beneficio de unos en detrimento de otros, sino que promueve la ganancia mutua en una comunidad construida conjuntamente de futuro compartido para la humanidad.
El proyecto completo tiene dos partes, la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, conocido en su conjunto como la Franja y la Ruta.
La "Franja" incluye la ruta ferroviaria más larga del planeta, que comienza en la ciudad de Yiwu, en la provincia oriental china de Zhejiang. Y que, tras recorrer 13.052 kilómetros pasando por Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania y Francia, termina en Madrid, capital de España.
La "Ruta", por su parte, mantiene las rutas marítimas tradicionales, desde los puertos chinos hasta Europa, pasando por Singapur y el estrecho de Malaca, el océano Índico, el mar Rojo y el Canal de Suez, hasta llegar al Mediterráneo.
También incorpora a otros aliados de China como Pakistán, a través del puerto de Gwadar, y Bangladesh, con la terminal marítima de Chittagong. Y, como África es parte importante de la iniciativa, también se puede observar una conexión con Kenia.
El interés de China es conectar Asia, Europa, África, América Latina y el Caribe, haciendo énfasis en las infraestructuras de transporte, facilidad para el comercio, las inversiones, la cooperación financiera y los intercambios culturales.
China considera que los países de América Latina y el Caribe son la extensión natural de la Ruta Marítima de la Seda. Y que su participación es indispensable dentro del sistema de cooperación internacional, propuesto por la iniciativa de la Franja y la Ruta.
En enero de 2018, durante una reunión con los cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, presentó formalmente la iniciativa de la Franja y la Ruta como un bien público global que plantea conceptos novedosos, aporta un dinamismo renovado e introduce una nueva plataforma de cooperación mutuamente beneficiosa entre China y los demás países del mundo; tras lo cual hizo extensiva su invitación para que los países latinoamericanos y caribeños se incorporasen a la iniciativa.
Los objetivos de la iniciativa de la Franja y la Ruta, en líneas generales, pasan por promover la coordinación de las políticas, la interconectividad de las infraestructuras, la facilitación del comercio, la cooperación en materia financiera y el entendimiento mutuo.
En resumen, se puede afirmar que la iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta desde China para todos los países del mundo, es una cooperacion novedosa y horizontal, que supera modelos antiguos no tan inclusivos y donde cada país aporta según sus posibilidades y recursos, recibiendo también de acuerdo a sus necesidades y circunstancias.
Por tanto, sobre la iniciativa de la Franja y la Ruta, es momento de decir: ¡Adelante!
(Luis González es director del Centro de Análisis y Estudios Internacionales de la Universidad del Caribe (CAYEI-UNICARIBE) en la República Dominicana)
(Las opiniones expresadas en este artículo son del autor y no necesariamente reflejan la postura de la Agencia de Noticias Xinhua)