Entrenador estrecha lazos sino-cubanos a través del boxeo
Armando (izquierda), entrenador de boxeo cubano, en un entrenamiento con un boxeador. (Xinhua/Wang Junbao)
HARBIN, 29 may (Xinhua) -- A pesar de su limitado manejo del idioma chino, el cubano Armando intercambia sin problemas técnicas de boxeo con sus estudiantes de China.
Armando Rodríguez Castellanos, nacido en 1975, fue parte de la selección nacional de púgiles de Cuba. Su carrera en este deporte se ha extendido a lo largo de varias décadas, pasando de boxeador a entrenador, y sus alumnos han conseguido medallas de oro en campeonatos mundiales.
Desde muy joven se mostró fascinado por la cultura china que se expone en las películas de Kung Fu, y en particular por la estrella de cine, Bruce Lee.
Un encuentro casual durante una competencia en Cuba con un preparador boxístico de China lo llevó al país asiático, donde en 2016 emprendió una carrera enfocada en el entrenamiento de esta disciplina deportiva, dejando huellas en lugares como Shandong, Chongqing y Heilongjiang.
"Cuba tiene una rica cultura e historia del boxeo y mi objetivo es difundir las técnicas boxísticas cubanas en China," afirma Armando.
A pesar de su frecuente cambio de lugares de entrenamiento, siempre hay personas interesadas en seguir sus pasos y buscar sus instrucciones. Así, algunos de sus pupilos chinos han ganado campeonatos nacionales.
"Su técnica es exquisita y su paciencia es encomiable", resalta Xu Longfei, jefe del Club de Boxeo Longfei en la ciudad de Binzhou, provincia de Shandong, quien recorrió una larga distancia hasta Harbin para mejorar sus habilidades pugilísticas por medio de la orientación del cubano, y luego transmitir lo aprendido a sus propios aprendices.
Aunque Armando no domina la lengua china, su instrucción mediante demostraciones y peleas reales con Xu ha dado resultados fructíferos.
Para perfeccionar su entrenamiento, el procedente de la isla en el Caribe patentó un saco de boxeo de diseño exclusivo, equipado con guantes empleados en esta práctica. A diferencia de los productos estándar, su invento se balancea de lado a lado mediante poleas, simulando una auténtica experiencia de combate en los ejercicios.
"El boxeo sirve como un puente de comunicación. Gracias a mí, muchas personas no solo han conocido el boxeo cubano, sino también sobre la cultura cubana", destaca el adiestrador, quien está planeando su propio gimnasio en Harbin.
Durante el proceso de preparación de este proyecto, ha profundizado sus conocimientos sobre China. "Los boxeadores chinos son excepcionalmente ágiles y valientes. El pueblo chino me ha brindado un inmenso entusiasmo y respaldo. Incluso planeo documentar la comunidad donde vivo y las personas que me han ayudado mediante un video", agrega.
Aunque creció en medio del clima cálido de su patria, al técnico caribeño le encanta Harbin, una ciudad caracterizada por sus nevadas. "Mi primer encuentro con la nieve fue en Harbin, y su comida y arquitectura me han cautivado", señala. Su esposa Dariuska, una exciclista de pista cubana, también se mudó al gigante asiático para apoyar su carrera.
"Solo he regresado a Cuba dos veces durante estos años, pero con mis recomendaciones, más entrenadores cubanos han sido invitados a China para enseñar boxeo", apunta. Igualmente, añade que muchos chinos han ido a vivir y trabajar a Cuba a lo largo de los años, y los crecientes intercambios entre las dos naciones han consolidado su determinación de perseguir su sueño.
"Armando es muy bondadoso y humilde, y tiene un sueño", comenta Zhang Hongchi, presidente de la Corporación para el Desarrollo de los Deportes y la Cultura Huanlong de Heilongjiang. Zhang colabora con el preparador para dar a a conocer las técnicas pugilísticas cubanas.
"Planeo abrir gimnasios de boxeo en otros lugares de China y me esfuerzo incansablemente por elevar el nivel de los atletas y los aficionados chinos. También espero una mayor interacción entre los pueblos de ambos países", concluye Armando.