Cuba honra influencia gastronómica de China a través de talleres culinarios
LA HABANA, 12 ene (Xinhua) -- La influencia de la cocina china en la cultura cubana centró el IV Taller Culinario Internacional y I Taller Gastronómico Internacional, Cuba Sabe 2023, inaugurado este jueves en el hotel Iberostar Grand Packard, en La Habana.
El evento, organizado también en celebración del Año Nuevo Lunar, ha ido más allá de lo meramente culinario para incluir conferencias sobre la cultura china, ceremonias de té, catas de bebidas alcohólicas chinas y exhibiciones de trajes tradicionales.
"La rica variedad de la comida china refleja la colorida vida del pueblo", afirmó el embajador de China en Cuba, Ma Hui, en la apertura de una demostración de comida china, como parte de las actividades en las que China participa como país invitado de honor.
El diplomático subrayó que por primera vez se han combinado el Año Nuevo Lunar y Cuba Sabe, "con lo cual se crea un ambiente alegre y festivo" y "se permite que más gente conozca y ame la comida china".
"Este evento, que concluye el sábado, está dedicado a las tradiciones que entregaron los emigrantes chinos a la cultura cubana", afirmó por su parte a Xinhua la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, Sonia Virgen Pérez.
La funcionaria destacó cómo esa herencia china enriqueció la tradición culinaria de la isla, donde no solo hay múltiples restaurantes dedicados a ese tipo de comida, sino que además tiene expresión en la alimentación familiar.
En ese sentido, la profesora universitaria Yrmina Eng destacó "la presencia indiscutible" de las tradiciones chinas en los hábitos alimenticios de los cubanos, aunque admitió que esa influencia debe ser estudiada en mayor profundidad.
"Hay que indagar también en elementos asociados a los cocineros chinos llegados a inicios del siglo XVIII desde México, antes del arribo de los trabajadores asiáticos", afirmó Eng, quien imparte clases de Antropología Cultural en la Universidad de La Habana.
En 1847 empezaron a llegar de manera masiva a Cuba los emigrantes chinos, con duros contratos de trabajo, y ese arribo significó la introducción en el país de nuevas variantes culinarias.
Tanto en La Habana como en algunas provincias, aquellos emigrantes se agruparon en barrios donde mantuvieron su gastronomía tradicional, después de adaptarla a las condiciones de la isla.
Algunos de los ingredientes básicos de la comida china, como arroz, ajo, ajonjolí, cebollinos, soya y vinagre fueron asimilados con facilidad por la cocina cubana, que asumió sin problemas algunos platos como las sopas de pescado y mariscos con salsa de soya, entre otras recetas.
El caso más emblemático es el conocido arroz frito, que trajeron y popularizaron emigrantes chinos llegados desde la ciudad estadounidense de San Francisco, y que hoy es habitual hallarlo en el menú de cualquier restaurante, pero también en el arsenal de las amas de casa.
Los platos con salsa agridulce, así como la preparación de arroz, especias y pollo, también se asocian a la emigración china, que además se engarzó con las cocinas española y africana, que llegaron antes al país insular.
De esa manera, la cultura china logró ejercer hace casi 200 años un último cambio en la culinaria cubana, que en la actualidad se puede apreciar de manera evidente en una nación que siente orgullo por la herencia gastronómica de China.