ESPECIAL: Cuba recibe moderno dique flotante fabricado en China
Las autoridades cubanas recibieron hoy, de manera oficial, un moderno dique flotante construido en los astilleros de la empresa china Huarun Dadong Dockyard, con un crédito millonario otorgado por el gobierno de la República Popular China.
Una vez finalizada su construcción y puesto en operaciones el año que viene, el dique flotante ayudará a incrementar la capacidad de reparación de buques del país antillano, así como a aumentar la autonomía de la industria naviera cubana.
"Ahora volveremos al mercado internacional, algo que teníamos perdido hace mucho tiempo", dijo a Xinhua la viceministra primera del Transporte de Cuba, Marta Oramas, quien además destacó la alta tecnología de la nueva instalación.
Oramas señaló que, en primera instancia, esta tecnología permitirá atender a la flota nacional, además de participar en el mercado internacional de la construcción y reparación navales en condiciones competitivas.
Ubicado en la orilla este de la bahía de La Habana y bajo la responsabilidad de la empresa estatal Caribbean Drydock Company S.A. (CDC), éste es el mayor y más moderno dique flotante no sólo de Cuba, sino de todo el Caribe insular.
El dique fue fabricado en 18 meses y transportado hasta La Habana por el barco Xin Guang Hua, el segundo supercarguero sumergible del mundo, en una travesía de dos meses y 13.000 millas náuticas, que atravesó los océanos Pacífico, Indico y Atlántico, además del Mar Caribe.
La instalación, que tiene unos 220 metros de largo y 48 de ancho, admitirá buques de hasta 65.000 toneladas de desplazamiento del tipo Panamax.
Los fabricantes chinos certifican un período de explotación del dique como mínimo de 30 años, aunque el crédito se debe amortizar en la mitad de ese tiempo.
"Esta es una muestra de la amistad entre nuestra empresa y el Ministerio de Transporte durante más de 20 años", afirmó Yuan Yiping, el gerente general del Departamento de Ingeniería de la empresa China National Machinery Import and Export Corporation (CMC), con sede en Shanghai.
Yuan recuerda que CMC es la encargada de traer a Cuba unos 240 vagones ferroviarios, de los cuales entregaron los primeros 80 en mayo último, lo que ha permitido reanimar el transporte de pasajeros por ese medio.
"La construcción y reparación de barcos puede aumentar el ingreso de divisas y las oportunidades de empleo para Cuba", agregó el empresario chino.
La llegada y posterior puesta en operaciones del dique reanimará esas labores, una industria que prestó importantes servicios hasta el año 2012, y que aportaba a Cuba entre 48 millones y 50 millones de dólares anuales.
Por eso hay tanta alegría entre los 600 trabajadores del astillero habanero, quienes fueron incluso los encargados de cortar la cinta inaugural.
"Esto es algo muy grande", aseveró sin ocultar su emoción el soldador Roberto Valdés-Pino, un mulato rechoncho que trabaja en el astillero desde hace 24 años, y que se considera a sí mismo como un experto en la reparación naval.
Valdés-Pino, quien estuvo entre los escogidos para cortar la cinta, explicó que ahora podrán trabajar con buques europeos, chinos y canadienses que necesitan reparaciones.
Aseveró que hay un alto nivel de calificación y experiencia entre los trabajadores del astillero, capaces de hacer reparaciones complejas en unos 20 días, que reportan entre tres y seis millones de dólares.
Xiomara Pantoja fue también una de las encargadas de cortar la cinta, en reconocimiento a su labor de 24 años como operadora de grúa.
La mujer, cuyos dos hijos también trabajan en el astillero, tampoco esconde su alegría, y dijo tener grandes deseos "de subir a la nueva grúa".
Valdés-Pino, Pantoja y el resto de los trabajadores cubanos están ahora comprometidos a laborar en la reanimación de esa industria, ahora que Cuba acaba de recibir ese moderno dique flotante fabricado en China.