La cooperación 16+1 es agua para el molino europeo

Dado que el encuentro entre el primer ministro chino, Li Keqiang, con líderes de 16 países de Europa Central y Oriental (ECO) se realizará próximamente en Sofía, Bulgaria, es un momento oportuno para evaluar la cooperación 16+1.

Al profundizar en sus resultados, es obvio que la cooperación 16+1, una plataforma lanzada conjuntamente por China y los países de ECO en 2012, ha traído beneficios tangibles para Europa.

En primer lugar, las relaciones comerciales entre China y los países de ECO, que incluyen 11 Estados miembros de la Unión Europea (UE), se están profundizando a toda velocidad.

Según los datos de las aduanas chinas, el volumen comercial entre las dos partes en 2017 ascendió a 67.980 millones de dólares estadounidenses, un aumento del 15,9 por ciento respecto al año anterior.

El ritmo es ligeramente más rápido que el de China y la UE, que aumentó un 15,5 por ciento en 2017. También superó la tasa de crecimiento general del comercio exterior de China, que fue del 14,2 por ciento.

Los datos dejan en claro que en momentos en que Europa se encuentra en medio de un camino accidentado hacia la recuperación económica, la cooperación 16+1 está desempeñando un papel positivo.

Otro mérito del mecanismo es que nutre una estrecha interconectividad a través de la vasta masa de tierra de Eurasia.

Los países de ECO, ubicados en el corazón de Eurasia, son importantes puntos de tránsito. Con el respaldo de la cooperación 16+1 y la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la interconectividad entre China y Europa se ha desarrollado notablemente.

Los trenes de mercancías China-Europa han tomado la delantera a este respecto. Según datos de China Railway Corporation, a mediados de abril de 2018, un total de 7.891 trenes de mercancías han viajado entre China y Europa.

La red ferroviaria ha vinculado 43 ciudades chinas con 42 europeas en 14 países. Además, el transporte de mercancías entre China y Europa se está volviendo más equilibrado y sostenible, ya que los trenes que regresan de Europa están cargados con productos más diversos y de primera línea.

La otra ventaja llamativa del mecanismo de cooperación 16+1 es que se trata de una asociación en mutuo beneficio.

Un ejemplo evidente es la fábrica de acero de Smederevo, emblemática en Serbia y que, tras siete años de dificultades, empezó a obtener beneficios a finales de 2016, solamente ocho meses después de que llegase la ingente inversión del grupo chino Hesteel.

Además de salvar unos 5.000 trabajos, los ingresos de los trabajadores se incrementaron así como la producción y las ventas.

Ultimo pero no menos importante, China es un firme defensor de la integración europea. No tiene intención de utilizar la plataforma 16+1 como instrumento geopolítico para dividir la UE, como temen algunos europeos.

Para Zivadin Jovanovic, un experto serbio en relaciones internacionales, Europa está dividido por muchas líneas diferentes, pero debe mirar hacia el interior para localizar sus problemas en lugar de criticar a China.

No es costumbre de China dividir a otros para tratar de dominarlos, añadió Jovanovic.

El mecanismo de cooperación sirve para estrechar la brecha dentro de la UE, señaló en mayo pasado durante su visita a Alemania el consejero de Estado y ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi. Subrayó también que la división de Europa no beneficia a China.

El éxito durante todos estos años del mecanismo 16+1 ha demostrado totalmente que es conveniente para Europa. La próxima reunión entre el primer ministro Li y los líderes de los países de ECO lo revalidará.