BEIJING, 21 feb (Xinhua) -- Un apretón de manos cambió el mundo.
El 21 de febrero de 1972, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, bajó del avión Air Force One en el aeropuerto de Beijing, tendió su mano hacia el entonces primer ministro chino, Zhou Enlai. Este apretón de manos a "través del océano Pacífico" simbolizó el descongelamiento de relaciones entre la superpotencia capitalista y el país en desarrollo más poblado del mundo bajo un partido gobernante marxista.
El 28 de febrero de 1972, mientras la visita de Nixon se acercaba al final, fue emitido el histórico Comunicado de Shanghai, que se convirtió en la base política para la normalización de las relaciones entre China y Estados Unidos.
El establecimiento de relaciones diplomáticas siete años después y las subsecuentes cuatro décadas de cooperación influyeron profundamente en el mundo, contribuyendo a la paz, la estabilidad y el desarrollo.
Aunque las relaciones China-Estados Unidos han enfrentado vientos en contra en años recientes, es importante recordaron lo que hizo posible el viaje de Nixon de rompimiento del hielo: el principio de respeto mutuo, la búsqueda de áreas comunes y la reserva de las diferencias.
En el apogeo de la Guerra Fría a principios de la década de 1970, jugadores de tenis de mesa chinos y estadounidenses sembraron las semillas de la amistad, y Nixon aprovechó la histórica oportunidad para enviar a su entonces asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger, a China en un viaje secreto, tendiendo la base para la visita de Nixon.
En el calendario lunar chino, el 2022 es el año del Tigre, sinónimo de fortaleza, valor y audacia. En esta coyuntura, Washington sería bien aconsejado de que se tome un tiempo para reflexionar sobre las relaciones bilaterales con el fin de recordar la fortaleza y coraje de los líderes chino y estadounidense de hace medio siglo.
Y hablando sobre tigres, los "tigres" más famosos en la historia entre China y Estados Unidos serían los legendarios "Tigres Voladores". Este grupo de pilotos voluntarios estadounidenses fue a China durante la Segunda Guerra Mundial para ayudar a luchar contra los invasores japoneses.
También volaron sobre el Himalaya, ayudando a transportar suministros estratégicos a los chinos que peleaban contra el bloqueo japonés. La bien conocida ruta aérea era peligrosa; algunos de los Tigres Voladores nunca regresaron.
Este episodio de la historia también sirve como recordatorio de que los pueblos chino y estadounidense pueden trabajar juntos en favor del bien mayor.
Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos en 1979, la cooperación ha sido la piedra angular de sus relaciones. Esta dinámica nunca ha sido más fundamental, porque desafíos como la pandemia, la recuperación económica y el cambio climático demandan la colaboración como nunca antes.
Ahora, es un gran momento para que Washington se percate de que aunque el mundo posterior a la pandemia enfrentará nuevas situaciones y desafíos, el conflicto y la confrontación entre grandes países no son el tema del mundo, ni resolverán los problemas que enfrenta Estados Unidos y otros países. Necesita entender que el mayor desafío para Estados Unidos no es China sino el propio Estados Unidos.
En una entrevista que dio el año pasado, Kissinger señaló 50 años después, que la necesidad de cooperación no ha disminuido.
"Hay que entender que la premisa que condujo a la visita en 1971 sigue siendo válida. De hecho, aún más válida de lo que se dice", expresó Kissinger. "Ambas partes mantendremos en mente que no todos los problemas pueden tener una solución inmediata y debemos empezar a partir de la premisa de que la guerra entre nuestros dos países será una catástrofe indescriptible".
