Las empresas de comercio exterior adoptan tácticas de supervivencia

2020-04-30 10:25:18 Fuente: Spanish.xinhuanet.com

Jason Pan, quien ha trabajado en el negocio del comercio exterior durante dos décadas, desde principios del mes pasado no recibe ningún pedido desde el extranjero. Sin embargo, en este período del año solía haber mucho trabajo en el sector.

Como resultado de la pandemia del nuevo coronavirus, Pan asegura que, en comparación con el mismo período del año pasado, los pedidos de este año han disminuido entre un 50 y un 60 por ciento.

"Pero la situación más desafiante aún está por llegar, probablemente entre mayo y junio, cuando exista un desfase de uno o dos meses entre la recepción de un pedido y su entrega", explica Pan, de 42 años, que tiene su oficina en Ningbo, provincia de Zhejiang.

Zhejiang es uno de los principales centros de comercio exterior del país.

Pan no había experimentado una situación tan grave durante su carrera. Desde que se graduó de la universidad, ha trabajado en un negocio dedicado al comercio exterior que se ocupa de vender artículos de plástico para uso diario. El valor anual de importación y exportación de su compañía se sitúa entre 5 y 10 millones de dólares estadounidenses. Sus principales clientes se encuentran en Países Bajos, España, Estados Unidos, Australia y Canadá.

Pan vivió la crisis financiera del 2008-09, pero lidiar con la pandemia ha sido mucho más difícil.

"Creo que el impacto que ha tenido en mi empresa ha sido 10 veces mayor que durante la crisis financiera, que no tuvo un efecto importante en las pequeñas y medianas empresas financieramente estables. Sin embargo, esta vez ha sido una verdadera crisis para nosotros", afirma.

Todos los amigos de Pan que trabajan dentro del comercio exterior reportan historias similares. Aparte de los que venden materiales sanitarios y alimentos, todos están enfrentando un momento extremadamente difícil, con muchos pedidos cancelados.

Anne Ruan, que dirige Ningbo Orange Packaging, una empresa de productos de papel con sede en Zhejiang, cuya producción incluye artículos para fiestas y cumpleaños, en el primer trimestre le han cancelado pedidos por valor de dos millones de dólares estadounidenses. Antes de la pandemia, las exportaciones anuales de su empresa lograban 10 millones de dólares estadounidenses.

"Mis clientes me informaron que debido a que las fiestas habían sido estrictamente prohibidas por el brote, tenían que cancelar o posponer los pedidos. Además, muchos de mis clientes extranjeros me han pedido un aplazamiento de los pagos", destacó Ruan.

En el primer trimestre de este año, el volumen de comercio exterior de China ascendió a 6,57 billones de renminbi (931.000 millones de dólares estadounidenses), lo que supone una disminución del 6,4% con respecto al año anterior. Las exportaciones del país se redujeron en un 11,4 por ciento hasta los 3,33 billones de renminbi, mientras que las importaciones disminuyeron en un 0,7 por ciento hasta los 3,24 billones de renminbi, informó la Administración General de Aduanas.

Sin embargo, Bill Gao, empresario con sede en Beijing, ha recibido más pedidos desde el extranjero debido a que las medidas de confinamiento y aislamiento social aplicadas en otros países han generado fuertes caídas en las capacidades propias de producción.

Gao importa y exporta un tipo de metal que se usa en los lavavajillas automáticos. Este negocio pertenece a un mercado extremadamente pequeño, pero muy especializado. Sólo hay tres productores de este tipo de producto en todo el mundo: China, Reino Unido y Hungría.

"Desde que se reanudó la producción en China, y con la fábrica del Reino Unido todavía cerrada, mis pedidos han aumentado casi un 50 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior", revela Gao.

Sin embargo, todo beneficio también trae sus problemas. Las materias primas proceden de la India, pero la escasez de suministro causada también por los cierres de algunas fábricas locales ha provocado el aumento de los precios. Asimismo, debido a la pandemia, los gastos de transporte casi se han casi triplicado.

"Dado que el precio del contrato se fija con mucha antelación, los márgenes de beneficio se han reducido considerablemente", admite Gao.

Tres estrategias

Pan considera que hay tres tácticas clave que las empresas de comercio exterior pueden adoptar en un momento tan difícil: adoptar un enfoque de "esperar y ver", explorar el mercado nacional y cambiarse al negocio de las máscaras y materiales sanitarios.

"Ahora estamos tomando el enfoque de esperar y ver. Aunque esto es un poco pasivo, no tenemos una mejor opción en esta etapa", añadió.

Al igual que la empresa de Pan, la mayoría de las pequeñas y medianas empresas de comercio exterior esperan sobrevivir a la pandemia reduciendo sus costos diarios.

"Nosotros podemos aguantar un tiempo, pero dos de mis proveedores (fabricantes de productos para la exportación) ya han decidido cerrar sus negocios", subraya Pan, añadiendo que los costes mensuales para los pequeños y medianos fabricantes son de unos 300.000 renminbi.

Zhang Dabing, presidente de Jiangsu Aomeili Industrial, que tiene su sede en Yangzhou, provincia de Jiangsu y exporta productos de ferretería, destacó que el mes pasado su empresa ha tenido pérdidas entre 1 millón y 1,5 millones de dólares debido a la cancelación de pedidos en el extranjero. Como promedio, debido al alto costo de las materias primas, experimenta pérdidas de 400.000 dólares estadounidenses en pedidos de 1 millón de dólares estadounidenses.

Varios fabricantes de las zonas costeras han recortado puestos de trabajo o reducido salarios para superar la crisis, asegura Pan.

Desde que surgió la disputa comercial entre EE.UU. y China, algunas empresas se han esforzado por explorar el mercado interno. Sin embargo, hacer tal transformación no es tan fácil.

"Por ejemplo, toma nuestros productos. Están hechos a medida para los mercados europeos y estadounidenses. Pedir a nuestros proveedores que cambien totalmente sus líneas de productos no es algo práctico", indica Pan.

"Adaptarse al mercado interno también es un desafío, ya que los recursos y las reglas son diferentes. Además, la competencia en el mercado doméstico de comercio electrónico es feroz: hay que tener productos muy competitivos o imágenes de marca para destacar, de lo contrario, puedes perder dinero".

En comparación con Pan, a Ruan le ha resultado más fácil aprovechar el mercado doméstico, ya que existe una demanda local de sus productos de papel. Desde el año pasado, también ha estado tratando de introducir más productos de ultramar en China, lo que le ha dado más margen de maniobra para hacer frente a los problemas económicos derivados del brote.

"El año pasado importé los gofres de los Países Bajos y abrí una tienda insignia en línea en JD y otras dos tiendas en línea en Taobao. El producto ha sido bien recibido y también planeamos abrir una tienda en línea en Tmall, probablemente el mes que viene", afirma Ruan. "Estimamos que nuestro emergente comercio interno compensará la mayor parte del impacto de la pandemia".

El negocio de las máscaras

Para Pan, el cambio al negocio de las máscaras parecía ser la opción más fácil, debido a las perspectivas de exportación. Sin embargo, después de pasar más de un mes en el trabajo de diligencia con relación a este negocio, se rindió.

"Casi todos los que conozco están haciendo este tipo de negocios y casi todas las fábricas que conozco se están cambiando a la producción de máquinas de máscaras... El objetivo es bastante claro: obtener un beneficio rápido durante dos o tres meses", destaca Pan. "Muchos de mis competidores se han cambiado ya a este negocio, pero yo creo que es un juego con enormes riesgos potenciales."

La industria de las máscaras, que solía ser relativamente pequeña, se ha convertido en un sector clave desde que surgió el brote. Las máquinas para hacer las máscaras, que solían costar entre 100.000 y 200.000 renminbi cada una, ahora cuestan entre 1 millón y 1,5 millones de renminbi.

"Aunque pague por adelantado, probablemente encontrará que la máquina que ha pedido se ha vendido a otro comprador por un precio más alto", reveló Pan.

El precio de los tambores utilizados para imprimir "KN95" en las máscaras también ha subido de 2.000 renminbi antes del brote a unos 50.000 renminbi. Todas las reglas de comercio exterior que solíamos seguir ahora son una redundancia."

Pan piensa que a menos que un comprador potencial esté dispuesto a quedarse todo el día en la puerta principal de una fábrica de máscaras, es muy poco probable que obtenga las unidades, incluso si ha pagado por adelantado.

"A pesar de ser un cliente habitual de la fábrica, probablemente sólo podrás obtener una décima parte del pedido que has hecho. Para asegurar la entrega completa de las unidades contratadas, los compradores extranjeros encontrarán más proveedores y pedirán muchas más máscaras de las que realmente necesitan."

Se insta a la cooperación

Para sobrevivir al brote, Pan está buscando expandir su cartera de clientes individuales en el extranjero a través de plataformas internacionales de comercio electrónico como Amazon y eBay. La suya es sólo una de las miles de pequeñas y medianas empresas de comercio exterior que luchan contra la pandemia.

El empleo, las horas de trabajo y el comercio mundial están recibiendo un golpe masivo a medida que el brote interrumpe la actividad económica y la vida en todo el mundo.

En su informe anual de Estadísticas y Perspectivas del Comercio, la Organización Mundial del Comercio (OMC) adelantó que este año se espera que el comercio mundial disminuya entre el 13 y el 32 por ciento. El descenso será probablemente peor que la caída del comercio provocada por la crisis financiera mundial del 2008-09. Se espera que América del Norte y Asia sean los que más sufran.

Mientras tanto, un reciente informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo, destaca que en el segundo trimestre de este año entre el 6 y el 7 por ciento de las horas de trabajo se perderán a causa del nuevo coronavirus, lo que equivale a 195 millones de empleos a tiempo completo.

El Director General de la OMC, Roberto Azevedo, declaró que "El objetivo inmediato es controlar la pandemia y mitigar los daños económicos a las personas, empresas y países. Pero los responsables de la formulación de políticas deben empezar a planificarse para las secuelas".

En China, una serie de medidas gubernamentales ha aliviado la presión sobre las empresas de comercio exterior, como la puesta en marcha en línea, en junio, de la 127 Feria de Importación y Exportación de China, también conocida como la Feria de Cantón. En sus 63 años de historia, esta será la primera vez que el evento se realice en el ciberespacio.

China, que forma parte integrante de la economía mundial, se esfuerza por mantener la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales, y la mayoría de las fábricas y empresas reanudan sus operaciones comerciales normales.

El país también sigue asegurando los canales internacionales de mercancías, como los servicios de transporte ferroviario de mercancías entre China y Europa, y mejorando los enlaces de carga para estabilizar las cadenas de suministro mundiales y ayudar a restablecer los ingresos de los exportadores, indicó Li Xingqian, director general del Departamento de Comercio Exterior del Ministerio de Comercio de China.

Wei Jianguo, vicepresidente del Centro de Intercambios Económicos Internacionales de China, considera que es hora de que el país destaque el papel que desempeñan el comercio de procesamiento y los negocios de comercio electrónico transfronterizo para aliviar presión sobre los importadores y exportadores.

"Es igualmente importante seguir aprovechando el potencial de consumo en el mercado interno para ayudar a los exportadores chinos a buscar nuevos puntos de crecimiento", destacó Wei.

Azevedo considera que "si los países trabajan juntos, veremos una recuperación mucho más rápida que si cada país actúa por su cuenta".

Con la economía mundial en camino de contraerse un 3 por ciento este año debido a la pandemia, el Fondo Monetario Internacional y el Grupo del Banco Mundial han destacado la importancia de mantener el comercio abierto para una recuperación mundial.

La economista jefe del FMI, Gita Gopinath, manifestó durante una conferencia de prensa virtual en Washington: "El mundo necesita una recuperación saludable. Necesita una fuerte recuperación, y eso no ocurrirá si el mundo se desglobaliza, porque eso reduciría severamente la productividad del orbe, y eso es lo último que queremos que ocurra en este momento". 

Edición:Han Yu